Poesía


Me regaló una flor

Así, de la nada.

La puso entre el pan y los huevos y la leche

recién llegados del mercado.

Chiquita huérfana la flor.

Caída del jarrón del mundo.

Separada por rota

o por triste.

La paria del ramo.

Me la dio con tanto amor

que creí leerle un mensaje oculto

entre los pétalos.

Algo así como:

«No te caigas

No te mueras

No nos vayas»

Y me quedé.

<AdrianA rAÍCEs

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  matar a martillazos

  los animales de porcelana

  que se quiebran

  como mis huesos

  se quiebran

  mis manos

  mis pies

  y la suma de todas las pequeñas tragedias de mi vida

  trepándome los tobillos

  justo hoy

                                           -adriAna rAÍces-

Dentro de nuestro obligado silencio

la palabra

es diálogo de tristeza

en que un pájaro se ahoga

-adrianA Raíces-

 

furia toc

para salar la herida

nadie huye de mí

mejor que yo

 

: Adriana Raíces :

 

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Hasta que entiendas que

Nada es tuyo

Casas

Cosas

Cazos

Brasas

Brazos

Vasos

Besos

 

Nada

 

*adrianA raíceS

Volver a casa
sólo por ver
qué queda de mí
y que la casa esté vacía

[adriana raíces]

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Llegó aplanada en mano de uva

Tenía bestias en los mapas

y encargaba camellos en el mercado

que pasaban por el ojo de una aguja

Gritaba con los dedos al viento:

“¡Belleza, belleza!”

mientras engullía piedras

una tras otra.

/adriana raíces/

no sabremos jamás qué dice el río
si es murmullo o silencio
si es palabra o ausencia
si habla del agua o del que se mira mirándose
de la seca sed
de la tos del que se ahoga
del salto brillante del pez

pero
¡ay, si pudiera sentarme junto a vos
a ver pasar el río!

                       / AdrianA RaíceS /

 

en las fauces de los dolores
en las costillas de los fantasmas
en las alucinaciones de la pena.

vivimos muriéndonos de ser pobre gente
arrastrando los desechos de la brutalidad del mundo,
las prisiones, los balazos, las sequías,
los venenos.

malmorimos quedándonos vivos
acongojados de que la lucha sea camino clausurado.

prendimos fuego las huellas de los que venían adelante
y ahora, atontados,
distraemos la furia con depresión y la depresión con narcóticos

pero no hay caso,
no hay dónde fugar.
la vida es una cicatriz que no blanquea nunca,

la roja raya de nuestra culpa.

 

[adriana RAÍCEs]

yo no quería decir más palabras
de sangre y lágrimas y babas
y fusiles y agujeros y ausencias

yo no quería volver a escribir
hambre, dolor, tierra arrasada,
lento camino hasta la fosa

yo no tenía que regresar
a la angustia y las abiertas venas,
ni a los monstruos ni a la lengua muerta

yo no debía más yo
más yo no

pero heme aquí
sin poder más conmigo

otra vez

-adriana raíceS-

 

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